En el transitar hacia la plena igualdad de género, cada paso atrás reverbera más allá de su impacto inmediato. En este sentido, es imprescindible reflexionar sobre el genocidio que persiste en Palestina. Como feministas, debemos reconocer que los principios de justicia social y derechos humanos no conocen fronteras, y es nuestro deber solidarizarnos con las mujeres y niñas palestinas, cuyas vidas y futuros se encuentran en peligro debido a la prolongada ocupación israelí de sus tierras.